"Superando la ruptura sentimental"


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Artículo de Psicología
Psic. Joseph Chakkal Abagi (FPV # 705)

Aunque no hay fórmulas preconcebidas para estos trances o etapas dolorosas, siempre se recomienda vivir y aceptar el proceso del duelo que implica la pérdida del ser amado por divorcio o separación. Aceptar que todo terminó es doloroso ciertamente, pero es un dolor sano. En cambio, seguir esperanzado en una reconciliación que no vendrá es más doloroso aun, porque supone el alargamiento de una agonía. Eso es sufrimiento. Crearse expectativas fantasiosas, sentarse a esperar algo que no ocurrirá resulta frustrante. Si la pareja agotó todos los recursos de entendimiento, terapia y oportunidades de convivencia sin éxito alguno, lo más maduro y prudente es admitir que no hay vuelta atrás y que insistir en una convivencia forzada solo acarrea decepciones.

Algunos por temor a la soledad, a las críticas ajenas, a los sentimientos de culpa frente a los hijos y a la sensación de fracaso matrimonial optan por continuar la convivencia y sobreviven, aunque sin más satisfacciones que la seguridad, sacrificando su felicidad. En cambio, una ruptura sentimental adulta, por carencia de amor y respeto acarrea aflicción y tristeza temporal, pero permite abrir nuevas oportunidades a corto y mediano plazo. Soltar a la pareja disfuncional que no admite responsabilidades, que no sabe amar, que no desea rectificar, es una medida nada simpática pero necesaria para el equilibrio psicológico de ambos. El efecto inmediato es un desajuste emocional general en casi todos los miembros de la familia, pero se restablece al corto tiempo al propiciar un estilo de vida más sano y genuino, exento de frustraciones sentimentales constantes.

Los diálogos pre-ruptura son difíciles, complejos, culpabilizantes y casi nunca tenemos la palabras adecuadas para dar este paso. No hay. Cada quien a su manera y dependiendo de su estado animice del momento expresará lo que siente y lo que piensa, sin caer en el recuento de defectos del otro. Aunque parezca muy impersonal y trillado, hay una frase que puede resumirlo todo: “No somos felices, no sentimos lo mismo de antes”. Tal verdad es contundente y válida para una separación (temporal o definitiva). No basta el amor de un solo miembro de la pareja sino de los dos. Veo heroícos esfuerzos por parte de algunos que aman a sus parejas pero no son correspondidos. Es injusto vivir juntos para mendigar amor, es mejor soltar a la pareja que no está segura de amar para que reflexione y se defina sin presión alguna.

La aceptación de una ruptura genera depresión invariablemente, aun en casos de noviazgos y matrimoniales disfuncionales. El duelo posterior es inevitable. Hay que expresar la tristeza, pero sin culparse para no retroalimentar el pesar y el dolor. Si lloras y te culpas al mismo tiempo no estás sanando, sino castigándome inútilmente. Debes aprender a llorar y liberar tus penas por la relación terminada sin maltratarte, aun cuando hayas cometido errores. También debes aprender de tus errores sin constituirte en un implacable juez contigo mismo. Debes arrepentirte de tus faltas, disculparte si hiciste daño emocional, compensar el dolor causado, comprometerte contigo mismo a rectificar y dejar en paz a tus semejantes.

Si en vez de aceptar que todo se acabó insistes en revivir ese romance carente de amor entonces estás fabricando una relación enfermiza, acosando a la ex-pareja y propiciando que te rechacen. Las nuevas oportunidades en mi vida sentimental reaparecerán al poco tiempo de cerrar esta puerta, al comprender que todo tiene un motivo y un fin. Pasarás semanas, meses de sensaciones incómodas, hasta de confusión y arrepentimiento, pero lo superarás mientras no te culpes y llenes tu tiempo con actividades recreativas, académicas, sociales, laborales, artísticas, espirituales, deportivas, etc. Aunque desmotivado al principio, has de comprometerme en los nuevos compromisos antes descritos. Todos hemos pasado por desengaños amorosos y frustraciones sentimentales. ¿Cómo las hemos superado? Continuando adelante a pesar del dolor inicial.

¿Saben quiénes son los que mas sufren? Son aquellos que se aferran al pasado, se aferran lo que una vez fue y no será mas. Esto es estéril y prolonga innecesariamente el malestar. Acéptalo y punto: Se terminó. Llora todo lo que te provoque, grita, libera tu dolor, pero no mendigues más amor y atención a esa persona que se fue. Por una razón muy importante -que hoy no comprendes- se terminó algo disfuncional, y nacerá algo mejor si aceptas la realidad y reconstruyes tu vida sin culpa. Hoy puede ser el primer día de una nueva vida sana para ti, aunque sientas dolor todavía, igual que el paciente salido del quirófano y con dolor post-quirúrgico. Va bien, aunque sienta dolor. Es parte de la vida, acéptala y prepárate para un cambio positivo. Mañana recordarás esta etapa de tu vida como algo superado, igual que hoy recuerdas tranquilamente aquellos incidentes críticos del pasado que una vez te entristecieron.

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